Implementación tecno-pedagógica de aulas híbridas: del aula posible al aula deseada
Autor: Esteban Fernández
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Implementación tecno-pedagógica de aulas híbridas: del aula posible al aula deseada
Autor: Esteban Fernández
Esteban Fernández. Miembro del equipo de Educación a Distancia de la Facultad de Derecho de la UNCuyo.
“Necesitamos comprender y anticipar escenarios posibles, generar debates en torno de ellos y, en todo caso, tomar decisiones sobre lo que queremos que suceda antes de que los desarrollos tecnológicos se sobreimpongan a nuestras visiones políticas y pedagógicas.” (Mariana Maggio, 2023.)
Este artículo aborda la implementación de aulas híbridas, analizando tanto los desafíos tecnológicos como los pedagógicos que implica esta modalidad. Si bien el concepto de aula híbrida puede incluir diversas combinaciones de presencialidad y virtualidad (desde clases totalmente virtuales hasta sesiones presenciales con apoyo digital), el enfoque aquí se centra específicamente en los encuentros híbridos simultáneos; es decir, aquellos donde coexisten estudiantes en un espacio áulico presencial con otros que participan de manera remota. A lo largo del texto, el término "entorno híbrido" hará referencia a este escenario particular.
Este material se desarrolló en el marco del curso "Maximizando el aprendizaje a través de la tecnología: Aulas híbridas", iniciativa del SIED de la Universidad Nacional de Cuyo y el Área de Educación a Distancia de la Facultad de Derecho de la misma Universidad. Al sustentarse en experiencias prácticas de implementación, el presente documento no pretende ser una guía definitiva, sino más bien un aporte que invite a reflexionar, ajustar y seguir construyendo estrategias que garanticen experiencias educativas equitativas, sostenibles y eficaces mediante el uso de herramientas digitales en combinación con la presencialidad. Su objetivo último es promover experiencias educativas que, mediante la integración efectiva de herramientas digitales y modalidad presencial, buscan ser equitativas, sostenibles y pedagógicamente efectivas.
En primer lugar, la creación de un entorno híbrido va más allá de la simple transmisión de audio y video desde un espacio físico a un espacio virtual. Sin embargo, este aspecto se convierte en uno de los principales desafíos en el desarrollo de estrategias educativas híbridas, debido tanto a las limitaciones tecnológicas como a la falta de competencias en este campo.
Para implementar con éxito esta modalidad de enseñanza,, es indispensable una planificación colaborativa y detallada, acorde con las capacidades tecnológicas y los recursos humanos disponibles. Por ello, un paso inicial clave en cualquier estrategia híbrida es identificar y comprender las competencias tecnológicas del equipo docente, de los estudiantes y de la institución en su conjunto.
Es fundamental destacar que, si bien el equipo docente no tiene la responsabilidad directa de configurar la infraestructura tecnológica requerida para el streaming (que conecta el aula física [espacio áulico localizado] con el aula virtual [espacio áulico remoto]), tener un conocimiento general y conceptual de estas herramientas incrementa significativamente las posibilidades de éxito pedagógico en esta modalidad.
La implementación exitosa de un enfoque educativo híbrido depende en gran medida de las particularidades de cada institución, considerando sus recursos humanos disponibles, el equipamiento tecnológico con que cuenta y las posibilidades reales de su estudiantado. Por esta razón, resulta fundamental que el equipo docente comunique con suficiente antelación su intención de adoptar esta modalidad y mantenga una estrecha colaboración con las áreas institucionales correspondientes durante todo el proceso de planificación e implementación, asegurando así que la estrategia diseñada se ajuste a las condiciones y capacidades específicas de la comunidad educativa.
La gestión, selección y correcta implementación de herramientas tecnológicas tendrán un impacto significativo en la eficacia y calidad general de la experiencia en un entorno de aula híbrida. Es evidente que los recursos tecnológicos, tanto de la institución como de los estudiantes, desempeñarán un papel decisivo en todos los aspectos del proceso de hibridación.
Es importante destacar que el conocimiento detallado de las características del aula física -tanto en su dimensión edilicia como tecnológica- resulta fundamental. Elementos como la disposición del espacio, la calidad de la iluminación, la acústica, entre otros aspectos, impactan directamente en la eficacia de la modalidad de enseñanza híbrida.
A continuación se describen los recursos tecnológicos básicos necesarios para habilitar un entorno híbrido donde tanto los estudiantes presentes en el aula física como los que participan de manera remota puedan involucrarse activamente en el acto educativo.
Conectividad
La conectividad constituye el cimiento vital que facilita la interacción fluida entre el ámbito virtual y presencial. Es el puente digital que posibilita la comunicación instantánea, el acceso a recursos en línea y la participación activa de todos los involucrados, asegurando así una experiencia educativa integrada y enriquecedora.
Micrófonos
Los micrófonos permiten transmisión precisa y clara del sonido, permitiendo una comunicación efectiva entre los participantes del espacio físico con el virtual. Su adecuada utilización asegura que las voces sean captadas con nitidez, evitando posibles interferencias o pérdidas de información.
Cámara
Las cámaras en un entorno híbrido desempeñan un papel transcendental al proporcionar la ventana visual que conecta a los participantes virtuales con el espacio físico. Permiten una comunicación más rica y efectiva al captar gestos, expresiones y detalles del entorno, enriqueciendo la experiencia educativa.
Altavoces
Los altavoces posibilitan amplificar y transmitir el sonido de manera clara y audible a todos los participantes, independientemente de su ubicación física. Proporcionan la calidad acústica necesaria para asegurar una comunicación efectiva y enriquecedora, permitiendo la comprensión precisa de discusiones, presentaciones y materiales audiovisuales.
Computadora/notebook
La PC o notebook, en un entorno híbrido, se convierte en el epicentro tecnológico que impulsa la experiencia educativa. Funciona como la plataforma central para acceder a una amplia gama de recursos digitales, plataformas de enseñanza y herramientas colaborativas. La eficacia y fluidez del proceso de aprendizaje dependen directamente del rendimiento y la capacidad de procesamiento de este dispositivo, lo que garantiza la ejecución sin contratiempos de aplicaciones y software educativos.
Pantallas/Proyectores
El proyector en un entorno híbrido facilita la visualización de contenidos visuales con todos los participantes en el espacio áulico localizado. Permite la proyección de presentaciones, documentos y material multimedia en una pantalla o superficie visible para el grupo presencial y se integra con las herramientas digitales para el grupo remoto.
En un escenario ideal, contar con dos pantallas resultaría altamente beneficioso: una destinada a la visualización de materiales y la otra (preferentemente proyectada al final del aula física) para exhibir a quienes participan de manera presencial remota.
Consola de sonido
La consola de sonido facilita el control y la optimización de la calidad del audio. Permite ajustar niveles de volumen, ecualización y efectos para asegurar una reproducción sonora clara y nítida. Además, posibilita la gestión de múltiples fuentes de audio, como micrófonos y dispositivos de reproducción, proporcionando una experiencia auditiva inmersiva y de alta calidad para todos los participantes, tanto en el espacio físico como en el virtual.
Herramientas de videoconferencia
Las herramientas de videoconferencia son la columna vertebral de la comunicación en un entorno híbrido. Proporcionan la plataforma tecnológica que facilita la interacción en tiempo real entre participantes remotos y presenciales. Estas herramientas permiten la transmisión de video, audio y contenido digital, posibilitando la participación activa, la colaboración y el intercambio de información.
Para garantizar una experiencia más completa y efectiva, es necesario trabajar con cuentas con licencia que ofrezcan ventajas como tiempo ilimitado de duración, un número suficiente de participantes y la capacidad de grabar las sesiones.
Como mencionamos anteriormente, la labor primordial del equipo docente consiste en desarrollar estrategias pedagógicas que potencien la experiencia educativa en modalidad híbrida. La capacidad de concebir y diseñar enfoques educativos innovadores se revela como un elemento fundamental para el logro del éxito en un entorno de aula híbrida.
Para entender la función que desempeñarán tanto los estudiantes como los docentes, partimos del supuesto de que ambos disponen o tienen acceso a las herramientas tecnológicas fundamentales que permiten la ejecución del entorno híbrido planificado. Es fundamental subrayar que, si algún estudiante no dispone de los recursos necesarios para participar de manera remota, sea cual sea la razón, se deberá coordinar con la institución para asegurar su participación.
Docentes
En la construcción de escenarios educativos híbridos, es importante reconocer que el rol del profesor no puede ser entendido de manera individual, sino como una construcción colectiva. Las escasas experiencias realizadas a nivel universitario en nuestro país indican que, como mínimo, se requieren tres personas para abordar un entorno de enseñanza híbrido. Teniendo en cuenta que, para la diversidad organizacional de las instituciones educativas, puede suponer un desafío implementar esta recomendación, se pueden explorar soluciones alternativas, como la colaboración en línea por parte del equipo, o entablar conversaciones con las autoridades pertinentes.
La colaboración y retroalimentación en todo el proceso adquiere una importancia fundamental para asegurar una experiencia educativa efectiva y enriquecedora. Cuando se opta por implementar esta estrategia, trabajar estrechamente con los equipos pedagógicos y tecnológicos, consensuando decisiones que implican la gestión de esta estrategia educativa se vuelve algo esencial. La planificación requiere llevar a cabo una reflexión meticulosa sobre los objetivos de la asignatura o tema a desarrollar, evaluando cómo estos pueden ser alcanzados de manera efectiva bajo una estrategia híbrida.
Está claro que en áreas tan dinámicas como la educación y las nuevas tecnologías, los procesos están en constante evolución lo que implica una formación continua de todos los actores involucrados.
La creatividad del equipo docente desempeña un papel elemental en el logro de los objetivos propuestos. Es casi una obviedad que hay un amplio campo de oportunidades por explorar. La constante evolución tecnológica ejerce un impacto permanente en los recursos disponibles para un entorno de enseñanza híbrido, expandiendo continuamente el abanico de posibilidades.
En las estrategias pedagógicas que se llevarán a cabo durante una clase híbrida, se debería buscar la creación de una variedad de actividades que promuevan la interacción entre los estudiantes, así como con el docente y los contenidos. Priorizar el uso de recursos y contenidos de plataformas educativas en línea se convierte en una estrategia eficaz para aprovechar al máximo el potencial de la tecnología en los procesos de enseñanza y aprendizaje.
Es imprescindible una interacción fluida y constante entre los estudiantes, el equipo docente y la institución, buscando un diagnóstico continuo del impacto que estos escenarios híbridos tienen en el logro de los objetivos de la asignatura. Esto permitirá ajustar y replantear determinadas estrategias que se han utilizado ya sea por parte de los docentes o la institución educativa.
Estudiantes
El estudiante actual, inmerso en un entorno tecnológico constante, nos brinda una valiosa oportunidad para involucrarlo de manera activa en todo el proceso de hibridación. Por esta razón, se espera que adopten un enfoque proactivo tanto en las clases como en su propio desarrollo educativo, demostrando iniciativa y responsabilidad en la gestión de su tiempo y recursos. Esto implica una participación activa en las actividades, ya sea en modalidad presencial o virtual, y el mantenimiento de un compromiso constante con su proceso de aprendizaje. Sin duda, esta representa una de las tareas más desafiantes para el equipo docente en cualquier estrategia educativa: la capacidad de sorprender y cautivar a estos estudiantes, fomentando la reflexión y el pensamiento crítico en el proceso.
La colaboración del estudiante con el equipo docente en este contexto enriquecerá la experiencia y, al mismo tiempo, simplificará la realización de ajustes necesarios para mejorarlo. Además, la adaptabilidad y la habilidad para amoldarse a diversas modalidades de aprendizaje son destrezas que, sin duda, se pueden transferir al mundo laboral que les espera.
En resumen, en el contexto de aulas híbridas, el estudiante debe desempeñar un papel activo y comprometido en su proceso de aprendizaje, manifestando iniciativa, responsabilidad, colaboración y adaptabilidad. Estas habilidades se tornan esenciales en la era digital, donde la tecnología actúa como una herramienta facilitadora para fomentar la reflexión y el pensamiento crítico. Al abrazar este rol activo, los estudiantes no solo maximizan las oportunidades que ofrece este modelo educativo, sino que también contribuyen al enriquecimiento de su crecimiento y desarrollo académico.
La tecnología en este caso nos permite acercarnos en el objetivo primordial de garantizar el derecho a la educación, permitiendo un acceso más equitativo y amplio a la enseñanza de calidad.
En un entorno de enseñanza híbrida, las situaciones problemáticas pueden emerger de diversas fuentes. Por ello, planificar y estar preparados para afrontar diferentes escenarios se convierte en un aspecto fundamental, permitiendo gestionar los contratiempos con eficacia y agilidad. Así se garantiza que las dificultades técnicas o logísticas tengan el menor impacto posible durante lo que es núcleo de todo: el acto educativo.
La planificación pedagógica realizada de manera conjunta a un diagnóstico detallado de las aptitudes y recursos tecnológicos de todas las partes involucradas, disminuirá de manera significativa los imprevistos, estableciendo así una base sólida para el desarrollo del entorno híbrido.
Los recursos tecnológicos esenciales para la hibridación, como la conectividad, micrófonos, cámaras, altavoces, proyectores, computadoras y plataformas de videoconferencia, pueden variar en diversos aspectos. Factores como la calidad de imagen, la claridad del sonido o la disponibilidad de licencias en las plataformas de videoconferencia son algunas de las variables que pueden influir en la ejecución de un entorno híbrido. Por lo tanto, contar con una comprensión general de las posibilidades tecnológicas no solo enriquecerá el proceso en su totalidad, sino que también permitirá una respuesta más ágil y efectiva ante situaciones problemáticas.
En este sentido, la institución desempeña un papel de gran relevancia, ya que será responsable de proporcionar gran parte de los recursos tecnológicos utilizados, así como de asignar el personal necesario para este tipo de estrategias. Una política educativa que destine recursos para la implementación de estrategias híbridas y, al mismo tiempo, administre de manera clara y eficiente estos recursos, sin duda tendrá un impacto positivo en todo el proceso.
A modo de ejemplo, para que una institución pueda gestionar simultáneamente múltiples procesos de hibridación, no solo es indispensable contar con los recursos tecnológicos adecuados, sino también implementar una administración eficiente de los mismos. En este contexto, la comunicación fluida y estratégica entre todos los actores involucrados —docentes, equipos técnicos, estudiantes y gestores institucionales— se erige como un pilar fundamental. Solo a través de canales claros, protocolos definidos y retroalimentación constante se podrá garantizar la coherencia y sostenibilidad de estas estrategias híbridas.
Consideraciones generales
La implementación exitosa de aulas híbridas requiere un enfoque integral donde todos los actores comprendan sus roles y responsabilidades. Estas recomendaciones buscan optimizar el proceso educativo combinando lo mejor de la presencialidad y la virtualidad.
Para la institución educativa:
Formación Continua: Proporcionar formación adecuada a los docentes y el personal de apoyo para que adquieran habilidades sólidas en el uso de tecnología educativa y métodos pedagógicos adaptados a la modalidad híbrida.
Infraestructura Tecnológica: Abogar por la adquisición de una infraestructura tecnológica confiable y de alta calidad mediante una planificación a corto, mediano y largo plazo.
Apoyo Técnico: Establecer un equipo de soporte técnico disponible para resolver problemas tecnológicos de manera rápida y eficiente.
Accesibilidad Digital: Garantizar acceso a dispositivos y conectividad confiable para docentes y estudiantes.
Comunicación efectiva: Establecer vías de comunicación entre equipos docentes, servicios de apoyo pedagógico y áreas TIC.
Inclusión: Contemplar diversas situaciones estudiantiles y buscar soluciones conjuntas.
Monitoreo y Evaluación: Implementar sistemas de seguimiento para identificar áreas de mejora.
Para el equipo docente:
Capacitación tecnológica: Participar activamente en oportunidades de formación continua.
Planificación anticipada: Diagnosticar la viabilidad tecnológica en relación con objetivos académicos.
Comunicación clara: Establecer canales accesibles con los estudiantes.
Flexibilidad pedagógica: Adaptarse a diferentes realidades institucionales y estudiantiles.
Soporte estudiantil: Ofrecer asistencia tecnológica y recursos de apoyo.
Evaluación constante: Ajustar estrategias según la efectividad de las herramientas utilizadas.
Para los estudiantes:
Competencia tecnológica: Familiarizarse con las herramientas requeridas.
Comunicación proactiva: Reportar dificultades técnicas oportunamente.
Participación activa: Mantener cámaras encendidas en modalidad remota.
Actitud colaborativa: Proponer mejoras tecnológicas para el entorno híbrido.
Recomendaciones técnicas específicas:
Conectividad
La institución debe garantizar conexión estable, preferiblemente por cable de red.
Verificar capacidad de la conexión antes de cada sesión.
Audio
Priorizar micrófonos solapa, vincha o de mano (inalámbricos preferiblemente).
Verificar estado de baterías y tener repuestos.
Evitar micrófonos ambientales en espacios grandes.
No depender de micrófonos integrados en computadoras.
Video
Cámaras inteligentes con cobertura panorámica son ideales.
Cámaras web convencionales son alternativa básica.
Usar trípodes para estabilidad.
Considerar iluminación natural y artificial.
Equipamiento adicional
Consola de sonido para optimizar calidad de audio.
Altavoces adecuados al tamaño del aula.
Computadora con puertos USB suficientes y conexión por cable.
Proyectores o pantallas adicionales para mejor visualización.
Plataformas de videoconferencia
Dominar funciones básicas de la plataforma de videoconferencia que se utilizará.
Aprovechar herramientas como compartir pantalla, pizarras virtuales y salas grupales.
Consideraciones finales
Realizar pruebas técnicas previas.
Llegar con anticipación para resolver imprevistos.
Desarrollar protocolos para solucionar problemas.
Usar responsablemente los recursos tecnológicos.
Mantener actitud innovadora y exploratoria.
La implementación efectiva de aulas híbridas representa un desafío multidimensional que integra aspectos tecnológicos, pedagógicos y organizacionales. Como se ha desarrollado a lo largo de este texto, el éxito de esta modalidad educativa depende de la sinergia entre tres pilares fundamentales:
Infraestructura tecnológica adecuada: Desde conectividad robusta hasta equipos de audio, video y plataformas, cada componente técnico debe seleccionarse e implementarse con criterios pedagógicos claros. La experiencia demuestra que no se trata simplemente de transmitir contenidos, sino de crear entornos interactivos donde todos los participantes -presenciales y remotos- tengan igualdad de oportunidades en el proceso educativo.
Formación y trabajo colaborativo: La hibridación exitosa requiere un cambio de paradigma en los roles docentes y estudiantiles. Los educadores deben evolucionar hacia un perfil facilitador que combine competencias digitales con estrategias pedagógicas innovadoras, mientras que los estudiantes asumen una posición más activa y autónoma en su aprendizaje. La recomendación de trabajar con equipos mínimos de tres personas para gestionar las clases híbridas refleja la complejidad de esta modalidad.
Gestión institucional comprometida: Las instituciones educativas tienen la responsabilidad de garantizar equidad tecnológica, establecer protocolos claros y promover políticas de actualización continua. Como se evidenció, aspectos como el soporte técnico inmediato, la accesibilidad digital y la evaluación sistemática son determinantes para la sostenibilidad del modelo.
Los desafíos identificados - desde limitaciones tecnológicas hasta la necesidad de desarrollar nuevas competencias digitales - no deben interpretarse como obstáculos insuperables, sino como oportunidades para repensar la educación en el siglo XXI. Las recomendaciones prácticas presentadas (desde la selección de micrófonos hasta las estrategias para clases más interactivas) proporcionan algunas sugerencias concretas para esta transformación.
El verdadero potencial de las aulas híbridas trasciende la mera combinación de modalidades presenciales y virtuales. Cuando se implementan con visión estratégica, se convierten en espacios que:
Democratizan el acceso al superar barreras geográficas y físicas
Fomentan pedagogías activas mediante herramientas digitales
Preparan para el mundo laboral actual, donde lo híbrido es cada vez más prevalente
La implementación de aulas híbridas no es un destino, sino un proceso de mejora continua que requiere flexibilidad, creatividad y apertura al cambio por parte de todos los actores involucrados. Los avances tecnológicos seguirán evolucionando, pero el centro debe permanecer siempre en los objetivos pedagógicos y en el derecho fundamental a una educación de calidad para todos y todas.
"¿Para qué nos vamos a encontrar? No es una pregunta cómoda, y ni siquiera pasa por decir si el encuentro es presencial sincrónico, como se debate en estos días. Refiere al significado de encontrarnos y a nuestras posibilidades de crear experiencias que valga la pena vivir" (Mariana Maggio, 2018)